La fiesta de los toros por mucho que nos duela es una antigualla. Más tarde o más temprano desaparecerá. Se podría transformar en un espectáculo como hacen en Portugal o en California sin matar al toro y continuar así.
Es tontería el debate. En el futuro el ciudado y consideración por los animales será mayor y no comeremos ni la mitad de carne que ahora.
En contra también, por supuesto, del linchamiento público que hacen a los toreros que solo siguen una tradición.